jueves, 10 de abril de 2014

Lágrimas en el “Rey Heredia”

Martes 8 de abril, el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, presenta su libro “Evanescencia de la escuela pública” en el Rey Heredia. Al llegar varias furgonetas de la policía están aparcadas en la puerta del colegio, varios agentes salen del mismo y tras subirse en ellas se marchan. Han ido a comunicar y colgar en la puerta del edificio la cédula de notificación judicial mediante la cual se comunica que disponen de un mes de plazo para abandonarlo.
A las 20.30 se celebra una asamblea en el patio del colegio a la que asisten varios centenares de personas, en la que se informa de la situación y se realiza un turno de micrófono abierto en el que los participantes sacan su rabia, angustia y preocupación  ante tanto sinsentido, algun@s tienen dificultad para hablar debido a la emoción que los atenaza y las preguntas que se lanzan al aire como: ¿Qué ocurrirá con las cien familias que acuden a comer al colegio?¿Las clases de idiomas, de guitarra y otras materias? ¿Las sesiones de terapia, yoga...? ¿La magnifica biblioteca que han conseguido montar de la nada?¿La emisora? Etc.
El Rey Heredia mediante la “Acampada por la Dignidad” es un ejemplo de la puesta en practica de la parte empática, solidaria y altruista de la naturaleza humana. ALTRUISMO de verdad, sin buscar premios en la tierra ni en los cielos, solamente el placer de ayudarse ayudando a los demás.
El primer valor que se menciona en la Declaración Universal de los Derechos Humanos es la Dignidad, cuyo significado es el “valor en igualdad, sin condiciones e inalienable” que poseen TODOS los seres humanos.
Con este valor-derecho como bandera un grupo de buenas personas, algunas de ellas al borde de la desesperación, han conseguido crear un espacio de libertad aplicando la solidaridad, el altruismo, la cooperación y el apoyo mutuo.
En una sociedad en la que se promociona el egoísmo, la competencia y el individualismo, aparece este pequeño espacio en el que se defienden y se practican los valores opuestos. Algo similar a la aldea gala de Asterix que era un espacio libre del poderío romano, el Rey Heredia con su “Acampada  Dignidad” ha conseguido ser un espacio de libertad, generosidad y altruismo, rodeado y amenazado por los principios y “valores” del neoliberalismo que padecemos.
La otra cara de la naturaleza humana, el egoísmo, la competencia, la crueldad y la insensibilidad hacia el sufrimiento de los demás se nos ha hecho presente mediante la actuación del Consistorio municipal y la aplicación de la ley, que no de la justicia, por parte del juez.
Resultaría escandaloso ,si no estuviésemos inmunizados ante tanta desfachatez, que ese mismo Consistorio, con el Sr. Nieto a la cabeza, que tanto empeño han puesto en impedir que el proyecto del Rey Heredia prosperase, el viernes día 4 de abril, es decir, cuatro días antes, en el orden del día de la Junta de Gobierno Local en su punto 9 dice: “Proposición del Sr. Teniente de Alcalde Delegado de Hacienda, Gestión y Administración Pública, de cesión de uso en precario (cesión gratuita de Bienes Patrimoniales de las entidades Públicas) del inmueble sito en Huerto San Pedro el Real a favor de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba”. No se si se los ciudadanos son capaces de comprender la gravedad de estos hechos, vayamos por partes. Un edificio público, antiguo colegio, cerrado y sin ningún uso por parte del Ayuntamiento de Córdoba, es solicitado  por diversos colectivos para que desde ese Ayuntamiento se le dé un uso social para el barrio y ante la negativa de éste, un grupo de personas, en nombre  de la dignidad, deciden ocuparlo y ponerlo en uso para dar respuesta a las necesidades de los vecinos, al margen del Ayuntamiento que no solo no ayuda sino que entorpece cortando el agua y mandando a la policía. En ningún momento los ocupantes han pretendido apropiarse de nada, todo lo contrario, han aportado su esfuerzo y limitados recursos para convertirlo en un espacio digno en apariencia y en esencia.   Esos mismos gobernantes locales proponen y aprueban “regalar” un espacio público a un grupo de personas agrupadas en Cofradías. De la misma manera hace unas semanas defendieron y aprobaron que la Mezquita-Catedral pertenezca a la Iglesia Católica en contra de quienes defendemos su titularidad pública. De locura
Vivimos en una sociedad en la que defender derechos humanos como la dignidad de las personas te sitúa fuera de la ley y te convierten en un antisistema (dándole una connotación negativa a este término).
Que puede haber de justas en unas leyes que permiten desalojar un centro que ha sido rehabilitado por los vecinos para ofrecer comida, educación, terapias, cultura y lo mas importante de todo la posibilidad de dar sentido a sus vidas y recuperar las ganas de vivir al sentirse útiles colaborando y ayudando a los demás.
Esas mismas leyes que obligan a un juez a poner en libertad a un grupo de narcotraficantes detenidos con toneladas de droga.
Decía el filosofo e historiador Howard Zinn: “Históricamente las cosas más terribles (guerra, genocidio, esclavitud) resultaron no de la desobediencia, sino de la obediencia”, y como ejemplo tenemos en nuestra reciente historia en la que en cumplimiento de las leyes en la Alemania nazi se exterminaron millones de personas y como dijo Adolf Eichmann, responsable del transporte a los campos de exterminio, cuando fue secuestrado y juzgado en Jerusalén, él solo se limitó a cumplir ordenes y obedecer las leyes con la máxima diligencia, por lo que se sentía orgulloso del trabajo bien hecho, según las leyes vigentes. Las consecuencias de su “bien hacer” no era responsabilidad suya, sino de quienes hicieron las leyes y daban las ordenes.
Hoy nos sentimos orgullosos de las personas que en aquellos tiempos de barbarie e injusticia se opusieron a esas leyes arriesgando sus vidas, su libertad y su bienestar, y nos avergonzamos de quienes cumplieron las leyes o miraron hacia otro lado.
Quizás haya llegado la hora de que los ciudadanos nos planteemos si es ético obedecer las leyes que nos imponen desde un gobierno que ha llegado al poder con mentiras y corrupción, que legisla en beneficio de los poderosos (Iglesia Católica, Banca, Eléctricas, Monarquía…) y contra los ciudadanos de a pie, especialmente los mas vulnerables (desempleados, ancianos, enfermos, discapacitados,…)
Pero cuidado, aunque había lágrimas en los ojos de los asistentes eran fruto de tanta ignominia y crueldad por parte de nuestras autoridades (municipales y judiciales) y mostraban la rabia y el coraje que estas buenas personas estaban experimentando, una rabia que se canalizará en acciones para defender lo que con tanto esfuerzo han conseguido.
Los ciudadanos de Córdoba tenemos la ocasión de recuperar la dignidad, perdida cuando elegimos al actual Consistorio, defendiendo y consiguiendo que la “Acampada Dignidad” continúe su labor humanitaria en el Rey Heredia. Ahora nos toca a tod@s aportar nuestra ayuda, por lo que si compartes lo aquí expuesto únete y colabora en su defensa.
Córdoba 9 de abril de 2014
Miembro de EQUO